25 septiembre 2005

“Échate un cantecito”, de KIKO VENENO

Vaya por delante que al que escribe esto, el flamenco y todos sus accesorios le dan grima. Dicho lo cual: este disco (1992), a mi juicio, se encuentra entre los 5 mejores españoles de los años ´90. Y eso es mucho. Kiko conjuga aquí de forma magistral la canción flamenquita con el pop español de toda la vida. La balada, la rumbita simpática, el cantecito de Cádiz y el gustito del sur. El disco entero es casi “un todo”, desde Lobo López hasta En un Mercedes blanco (mítica, con sus “diez duricos de papel Albal”, lo rompe!, “el cielo se ilumina”).

Hasta este disco, Kiko se dedicó a la canción flamenca más purista, y por tanto, menos accesible, más cruda. En cambio este álbum gusta a todos los públicos. Pero ojo, no se trata de un disco chabacano aflamencado como cualquier otro, al contrario, Échate un cantecito supone la obra más cuidadosa que ha hecho este figuerense afincado en “la tacita de plata”. Genial, de verdad. Una auténtica delicia a la española que a uno le pone a tocar palmas aunque odie la canción flamenca.

18 septiembre 2005

“Vauxhall & I”, de MORRISSEY

Hasta el año de publicación de este disco (1994) el ex cantante de The Smiths había seguido una especie de línea continuista del grupo que lideró: muy evidente en sus dos primeros trabajos “Viva hate” (1988) y “Bona drug” (1990), y bastante menos en los siguientes: “Kill uncle” (1991) y “Your arsenal” (1992), precursor éste del resto de la etapa más moderna del autor. En “Vauxhall & I” encontramos al Morrissey más intimista de toda su discografía, quizá es por esto por lo que este álbum es considerado el mejor de su etapa en solitario. No es fácil concluir si es el mejor, aunque lo que es evidente que es el más especial, en el mejor sentido.

Comienza con una pieza extraordinaria “Now my heart is full”, lo cual ya indica el estado de ánimo del de Manchester. Los temas 2 y 3 (Spring heeled Jim y Billy Budd) son dos arrancadas de Morrissey que nada tienen que ver con el resto del disco. Ahora bien, el resto es pura delicia. Susurros, temática onírica, encanto, delicadeza. Una auténtica maravilla.

De todas formas, si alguien se quiere iniciar en Morrissey le recomiendo que lo haga con “Maladjusted” (1997), su disco más convencional y ortodoxo.

11 septiembre 2005

“New York”, de LOU REED.

Transformer” (1972) siempre ha sido considerado el mejor disco de Lou Reed. En cambio, y aunque no deja de ser un álbum interesante, a mi juicio, no tengo duda alguna de que el zénit de la carrera del compositor neoyorquino está aquí, en “New York” (1989), ya que nunca antes hizo un trabajo de su altura, ni creo que llegue a publicar nada que lo supere. Rock and Roll puro, o si se quiere, Rock and Roll recitado, en un estilo que sólo Reed ha cultivado, y que se reconoce de inmediato. Un disco que oscila entre los temas del Rock más intenso y ortodoxo (There is not time, Busload of faith o Sick of you) hasta las canciones de tono lírico como Halloween Parade, Last great american whale o Xmas in february, y alguna sorpresa estilística.

No se puede destacar ningún tema sobre el resto, si acaso “Dirty Bulebard”, como single de mayor eco. En lo que sí destaca “New York” es en la composición de las letras. Aquí encontramos al ex líder de la Velvet Underground crítico y ácido con la realidad de las calles de su adorada ciudad, en la que se describen los rincones de la “gran manzana” desde el Bronx hasta Manhattan pasando por el Lincoln Tunel. También apela a la ecología en la conmovedora “Last great american Whale” en la que recita aquello de que “algunos dicen que la vieron en los grandes lagos/ otros dicen que la vieron sobre la costa de Florida/ mi madre dijo que la vio en Chinatown/ pero no siempre te puedes fiar de tu madre […]”.

En suma: la obra cumbre de Lou Reed; un LP, como fue su formato original, magnífico y estremecedor si se escuchan, y entienden, las letras. Un disco para todos los públicos, o mejor, un disco con canciones para todos los públicos.