
Sí, demasiado bueno para que el Mondosonoro y el Rock de Luxe lo coloquen entre ¡los 40 mejores de año! Ese timbre de voz a caballo entre Edwin Collins y el cantante de A-ha, las letras y las municias de la instrumentación (que no de la producción) lo convierten en un disco para enamorar a cualquiera que no tenga prejuicios sobre musiquillas, mariconadillas o estereotipos temáticos. Remeber the first kiss...
En la linea cualitativa y cuantitativa de sus anteriores trabajos.
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