
Hay que reivindicar el jazz, una disciplina musical en la que sólo destacan públicamente hoy dos mainstream. Este es un LP en la misma línea que aquel excelente “Calle 54” aunque menos apegado a los sonidos caribeños y más a los andaluces, como es norma en Chano. Un disco para admirar cómo se fusiona genuinamente jazz y flamenco sin poder descifrar dónde comienza el uno y acaba el otro. Cosa que hay que aplaudir enérgicamente (de los que puede degustarse otro estupendo ejemplo en el Indialucía de Miguel Czachowski; y entre los que hay que denostar el Spain again de Tomatito y Michel Camilo: un disco que explicita el Principio de Arquímedes de la genialidad, y el desdén hacia la mezcla de sabores y hacia el melómano mundano).
Merece a pena hacer una referencia al Tomo y obligo de Pepe de Lucía que, aunque en la línea del de Chano Domínguez, no es tanto una obra de fusión como de flamenco (audible) barnizado en jazz. Eso sí, con excelente resultado.
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